Charles
Stuart Rolls, un aristócrata británico apasionado por la competición, fue uno de los más importantes pilotos automovilísticos de su tiempo.
En los primeros años del siglo XX, y desafiando los prejuicios de su clase social, entró en el mundo de los negocios abriendo en Londres un concesionario de los automóviles franceses Panhard-Levassor.
Conocedor de las clases acomodadas, estaba convencido de que había un gran mercado para los coches de gran lujo, y se asoció con el prestigioso Ingeniero Frederick Henry Royce para producir el más refinado coche Inglés.
El primer modelo de Rolls-Royce fue presentado en la Exposición del Automóvil de 1904, distinguiéndose la marca desde ese momento por la clásica parrilla de su radiador.
Ese mismo primer modelo se destacó en el Trofeo de Turismo de 1905. Pero la consagración definitiva de la marca llegó con la aparición del Silver Ghost ("Fantasma de plata"), del que se construyeron 2.699 unidades entre 1906 y 1914.
El Ingeniero Rolls (entusiasta aviador) se mató con un biplano en 1910. Por aquel entonces todos los Rolls-Royce empezaron a venderse con el famoso Spirit of Ecstasy ("El espíritu del éxtasis"), escultura realizada especialmente por el artista Charles Sykes, sobre la tapa de su radiador. La obra (generalmente conocida como Flying Lady, "Dama voladora"), había sido encargada por los directivos de la empresa para evitar que algunos dueños de sus coches adornaran el capot con "mascotas frívolas y grotescas".
Royce, quien durante sus últimos años residió en la Costa Azul por motivos de salud, murió en 1933, no sin antes haber asistido a la brillante incorporación de su empresa al mundo de los motores de aviación.
Con una clientela de reyes, príncipes y magnates, la marca siguió siendo desde entonces un símbolo de distinción en todo el mundo.
Stuart Rolls, un aristócrata británico apasionado por la competición, fue uno de los más importantes pilotos automovilísticos de su tiempo.
En los primeros años del siglo XX, y desafiando los prejuicios de su clase social, entró en el mundo de los negocios abriendo en Londres un concesionario de los automóviles franceses Panhard-Levassor.
Conocedor de las clases acomodadas, estaba convencido de que había un gran mercado para los coches de gran lujo, y se asoció con el prestigioso Ingeniero Frederick Henry Royce para producir el más refinado coche Inglés.
El primer modelo de Rolls-Royce fue presentado en la Exposición del Automóvil de 1904, distinguiéndose la marca desde ese momento por la clásica parrilla de su radiador.
Ese mismo primer modelo se destacó en el Trofeo de Turismo de 1905. Pero la consagración definitiva de la marca llegó con la aparición del Silver Ghost ("Fantasma de plata"), del que se construyeron 2.699 unidades entre 1906 y 1914.
El Ingeniero Rolls (entusiasta aviador) se mató con un biplano en 1910. Por aquel entonces todos los Rolls-Royce empezaron a venderse con el famoso Spirit of Ecstasy ("El espíritu del éxtasis"), escultura realizada especialmente por el artista Charles Sykes, sobre la tapa de su radiador. La obra (generalmente conocida como Flying Lady, "Dama voladora"), había sido encargada por los directivos de la empresa para evitar que algunos dueños de sus coches adornaran el capot con "mascotas frívolas y grotescas".
Royce, quien durante sus últimos años residió en la Costa Azul por motivos de salud, murió en 1933, no sin antes haber asistido a la brillante incorporación de su empresa al mundo de los motores de aviación.
Con una clientela de reyes, príncipes y magnates, la marca siguió siendo desde entonces un símbolo de distinción en todo el mundo.